EL VALOR DE LA PALABRA

EL VALOR DE LA PALABRA

El Crédito Ganadero a la Palabra genera un círculo virtuoso entre productores, gobierno y consumidores; repoblando los hatos de los primeros y acercando los productos a bajo costo a quienes más lo necesitan. Mientras se estimula el desarrollo económico y se combate la pobreza, apuntalamos nuestra soberanía alimentaria y reducimos el déficit de nuestra balanza comercial.

Sin embargo, en esta ocasión quiero hablar sobre la dimensión cultural que implica entregar los apoyos a pequeños ganaderos sin cobrar intereses ni exigir garantías.

La raíz etimológica de la palabra crédito significa creer, es decir, confiar. Por eso el presidente Andrés Manuel López Obrador pensó en repoblar los potreros de todo México entregando directamente a los productores el ganado con el que podrán fortalecer su economía familiar y regional.

Sabedor de los valores culturales, morales y espirituales que existen en el campo mexicano, el presidente tuvo a bien confiarme la implementación de este programa que con gran orgullo arrancamos el pasado 22 de febrero en Macuspana, Tabasco, su tierra natal.
Allí fuimos testigos de la gran necesidad que existe en el sector, de la persistencia que han necesitado los pequeños ganaderos para mantenerse productivos ante el abandono del Estado y las desigualdades del mercado; pero también de las enormes ansias que tienen los ganaderos de México por ayudar al presidente en su gobierno y de la confianza que tienen en la nueva política agroalimentaria.

En el pasado siempre existieron pretextos, trabas, corrupción y clientelismo que decepcionaron a los campesinos y les hicieron desconfiar de los programas federales. Hoy, con el apoyo de los servidores de la nación, y de los Delegados de Programas para el Desarrollo, estamos depurando los censos y padrones para hacerlos más confiables, y manteniendo una estricta vigilancia de los recursos de la nación.

El primero de julio la ciudadanía mexicana confió en un proyecto de nación que hoy ya está en marcha, y nuestro compromiso es regresar esa confianza en forma de políticas públicas que realmente transformen al país.

Junto con los demás programas para el campo que administra la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), estamos inyectando recursos a un sector que urgía de ellos, y ofreciendo más y mejores oportunidades a una población vulnerable de caer en las filas de la delincuencia, por lo que también esperamos que se sientan los efectos en la reducción de la violencia.

Dignificando la labor de quienes se dedican a la ganadería en nuestro país, estamos urdiendo uno más de hilos que forman el tejido social, tan desgastado durante el periodo neoliberal.

Por el momento seguimos avanzando en la cobertura del programa. Ya iniciamos en Chiapas, Tabasco, Campeche, Nayarit y Zacatecas; y seguiremos con Guerrero, Veracruz, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas, Yucatán, hasta cumplir las 13 entidades que atenderemos de forma prioritaria.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*

*

*