HOLOCRACIA, UN MUNDO SIN JEFES

HOLOCRACIA, UN MUNDO SIN JEFES

Por Juan Martín

Profesor de Dirección de Empresas y Mercadotecnia Digital en Cerem International Business School

Empresas en las que un trabajador y empresario (jefe) tiene el mismo poder para decidir. Puede parecer irreal, pero este tipo de compañías sí existen. Se le llama holocracia, un sistema de organización de empresas que se viene adoptando en los últimos años en algunas de ellas con buenos resultados.

La holocracia es un sistema creado por Brian Robertson para la gestión de las empresas. En palabras del creador de este sistema, la holocracia es la nueva forma de administrar organizaciones, siempre a través de la remoción del poder de la estructura jerárquica, que es sustituida por un nuevo esquema de distribución de la autoridad, señala Juan Martín, Profesor de Direccion de Empresas y Mercadotecnia Digital en Cerem International Business School.

En este sistema, la autoridad se distribuye por equipos: no es de arriba hacia abajo. Los objetivos de este modelo de gestión son aportar una mayor agilidad a la toma de decisiones y preparar a la compañía para afrontar los desafíos o necesidades del mercado.

El principio que llega a respaldar este sistema es que la organización debe estar estructurada para el aprendizaje y también debe responder a través de optimizar el flujo de información, de la valentía para probar nuevas estructuras y de organizar una red de clientes, empleados y compañeros con objetivos comunes.

Diferentes empresas a lo largo de todo el mundo han adoptado esta gestión. No obstante, que toda empresa pueda adoptar este modelo, no significa que, en la práctica, funcione de igual forma en las empresas. De hecho, pueden surgir determinados inconvenientes que deben conocerse.

En este tipo de organización o gestión de la empresa, si en algo se destaca, es en la capacidad de adaptarse. Las revisiones de las empresas obligan a la adaptación de forma continua a la novedosa situación, obteniendo una respuesta rápida. Otra ventaja es que es un modelo ágil, donde cada uno se ocupa de sus actos sin intermediarios, de forma eficaz, puesto que deciden los profesionales.

Otro beneficio importante es que su apuesta es por la innovación y la transparencia: todos los empleados pueden tener acceso a la toma decisiones, desapareciendo la estructura jerárquica y donde solamente toman decisiones los altos directivos.

Pero este modelo holocrático también presenta desventajas que no se pueden pasar por alto. Uno de los más importantes, la incertidumbre que se puede crear en los empleados. Sin líder definido, los empleados se pueden sentir desorientados en diferentes momentos, sobre todo en los más complicados.

A pesar de que son muchos los detractores de este modelo, pese a ser algo novedoso, existen varias empresas de renombre que apuestan por este modelo y, de momento, la cosa les ha ido bien. Más allá de la empresa de Roberston, Ternary Software, se puede hacer referencia a Morning Star (empresa que produce el 25 % de los tomates en Estados Unidos), W-L. Gore (propiedad de Gore Tex), John Lewis (con 80 000 empleados) o Zappos (en este caso, el ejemplo más conocido, puesto que perdió un 14 % de trabajadores).

Este modelo de gestión, la holocracia, interesante por ejemplo para pequeñas empresas o start ups, potencia que las decisiones de la empresa las tome cualquier trabajador, no los altos jefes de la misma. Sin un liderazgo claro, son ya muchas empresas en Estados Unidos que han apostado por este modelo, que ha contado con importantes críticas y que, como todos, supone disfrutar de una serie de ventajas.

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